Estoy muy orgullosa de ser calificada por el respetado y no partidista Lugar Center (que lleva el nombre del exsenador republicano Richard Lugar) como uno de los miembros más bipartidistas del Congreso. Estoy en el 12 por ciento principal de la mayoría de los miembros bipartidistas de la Cámara de Representantes según sus clasificaciones basadas en la evidencia.

Si queremos avanzar en algunos de los desafíos más difíciles que enfrentan nuestra nación y nuestro mundo, desde el cuidado de la salud hasta el cambio climático, entonces debemos dar prioridad a acabar con los grandes intereses económicos en la política y aumentar la rendición de cuentas y la transparencia del gobierno. Durante la última década, las grandes farmacéuticas han invertido $2.5 mil millones en cabildeo y contribuciones a campañas, desplegando dos grupos de presión por cada miembro del Congreso. Es lamentable, pero no sorprendente, que haya funcionado. Seguimos viendo un aumento vertiginoso de los precios de los medicamentos y una creciente epidemia de opioides.

Por eso, cuando decidí postularme para el Congreso, me comprometí a no aceptar nunca un centavo del dinero corporativo de los PAC. He mantenido esa promesa y utilizo mi plataforma para luchar por un gobierno más limpio y eficaz.

Aquí es en donde podemos empezar:

• Acabar con la influencia del dinero oscuro en la política y facilitar la votación. Me enorgullece apoyar la H.R.1, la Ley para el Pueblo, un mandato histórico que aborda muchas de nuestras principales prioridades, incluidos mis proyectos de ley para establecer 15 días de votación anticipada en todo el país y mi proyecto de ley para fortalecer las leyes de ética de cabildeo que aumentarían la rendición de cuentas y la transparencia del gobierno. La H.R. 1 también requeriría que los Super PAC den a conocer a sus donantes, establecería un programa nacional de registro de votantes, convertiría el Día de las Elecciones en un día feriado federal y pondría fin a la manipulación de los distritos electorales.
• Revocar la decisión sobre Citizens United. La decisión de la Corte Suprema en el caso Citizens United fue un desastre para la democracia. El dinero no es “libertad de expresión” y las corporaciones no son personas; tenemos que anularla mediante una enmienda constitucional.
• Restaurar la Ley de Derechos Electorales en su totalidad. Por mucho que nos gustaría reparar nuestro sistema de financiación de campañas, incluso esos esfuerzos no servirán de nada si hay discriminación en nuestro proceso de votación. Desde que la Corte Suprema anuló el núcleo de la Ley de Derechos Electorales en 2013, más de una docena de estados han aprobado leyes que hacen que el voto sea menos accesible. El resurgimiento de leyes estrictas de identificación de votantes, que históricamente han discriminado a los votantes de las minorías, es solo un ejemplo de por qué es necesaria la Ley de Derechos Electorales. Se debe garantizar a todos los votantes un acceso justo a las urnas, razón por la cual he presentado dos proyectos de ley que ayudarían a garantizar que los estadounidenses tengan acceso a las urnas: legislación para apoyar la Declaración de Derechos de los Votantes con Discapacidades, que aumentaría el acceso a la boleta para los votantes con discapacidades, y legislación para garantizar que los votantes que esperan en largas filas fuera de los lugares de votación tengan acceso a alimentos y agua.